Espera

Siempre esperando, siempre. Es la tónica de la vida, ¿no? Esperar a tener la edad para ver esa película; esperar a recibir la nota de ese exámen tan jodido que te tiene de los nervios; esperar a encotrar a esa persona... Simpre, esperar una y otra vez. El problema es que no podemos esperar siempre, el ser humano es caduco, envejece. Dejamos pasar nuestros mejores años esperando. Estoy hasta los huevos, para qué ser fino a la hora de decirlo. Me he resignado, estoy esperando, espero, espero, espero. Es un pensamiento un tanto deprimente, un tanto desesperanzador. A lo Quevedo (que dijo aquello de que nada más nacer comenzamos a morir), o por lo menos creo que es a lo Quevedo, tal vez sea de otro de los poetas depresivos que tan bien han sido acogidos por la historia, después de muertos en su mayoría, por supuesto. De la cuna a la sepultura, joder, ¿y lo de en medio? ¿No vale para nada? ¿Solo es un paso intermedio de la nada a la nada?
Ahhh, joder, hostia, copón, leche de pato, hostias en vinagre (sí, se me va la cabeza, hace tiempo que va y viene cuando le apetece). Bueno, me vuelvo al mundillo universitario después de desahogarme un poco en este wáter mental... un momento, me parece que ya tengo un nuevo nombre para el blog...

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